7 marcas de una iglesia que crece saludablemente

El crecimiento saludable de la iglesia es obra de nuestro Dios Trino a través de los medios de gracia que Él ha ordenado. A diferencia de algunos...

CARACTERÍSTICAS DE UNA VISIÓN DE CRECIMIENTO SALUDABLE DE LA IGLESIA

El crecimiento saludable de la iglesia es obra de nuestro Dios Trino a través de los medios de gracia que Él ha ordenado. A diferencia de algunos modelos contemporáneos que priorizan el aumento numérico y enfoques orientados al consumidor, el crecimiento bíblico de la iglesia enfatiza un compromiso con los medios por los cuales nuestro Dios soberano y misericordioso salva y santifica a su pueblo. El Apóstol Pablo escribe: «No cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios porque es quien hace crecer» (1 Cor. 3:7).

Así que, el crecimiento de la iglesia es obra de nuestro Dios soberano y misericordioso. Sin embargo, Dios usa varios medios para llevar a cabo esa obra y nuestra tarea es ser fieles a esos medios que Él ha ordenado. Pero, ¿cuáles son algunos de esos medios y las marcas que caracterizan una visión de crecimiento saludable de la iglesia?

1 Exposición fiel de las escrituras

Central al crecimiento saludable de la iglesia es la exposición fiel de las Escrituras. Creemos que toda la Escritura es «inspirada por Dios» (2 Tim. 3:16) y, por lo tanto, es inerrante, infalible y autoritativa. Las iglesias saludables priorizan la lectura, enseñanza y predicación de la Palabra de Dios, creyendo que la Escritura es el medio principal por el cual Dios hace crecer a su pueblo.

Pablo enfatizó esto en sus cartas a Timoteo, instándole: «Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar» (2 Tim. 4:2). La predicación fiel no solo implica explicar el texto, sino aplicarlo a la vida de las personas, llevando a la transformación y el crecimiento.

2 Énfasis en la doctrina bíblica

Las iglesias saludables no rehúyen de la doctrina y teología bíblica. De hecho, estamos llamados a «luchar vigorosamente por la fe encomendada a los creyentes una vez y para siempre» (Jud. 3). Debemos estar «nutridos con las verdades de la fe y de la buena enseñanza» (1 Tim. 4:6) que hemos recibido en la Palabra de Dios. El libro de Hechos registra a los primeros discípulos dedicándose a «la enseñanza de los apóstoles» (Hch. 2:42), entre otros medios de gracia, y «cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos» (v. 47).

Hoy en día es común evitar doctrinas difíciles —la elección soberana de Dios, el infierno, la ira de Dios contra el pecado, etc.— pero los escritores bíblicos no tuvieron problema en comunicar estas verdades, y las iglesias saludables se caracterizan por un compromiso con la enseñanza de una doctrina sana.

3 Comunidad pactual

Las iglesias saludables enfatizan la importancia de la iglesia como una comunidad pactual. Un pacto es simplemente una relación vinculada, con obligaciones. El Nuevo Testamento llama a la iglesia el «cuerpo» de Cristo, y la metáfora es apta para describir esta comunidad pactual en que un cuerpo necesariamente tiene miembros (cf. 1 Cor. 12:12-31; Rom. 12:3- 8). Cada miembro ayuda a los otros miembros a cumplir la misión de la iglesia y a dar gloria a Dios. Así, la iglesia no es simplemente una colección de individuos, sino una familia, unida por las promesas del pacto de Dios en Cristo Jesús.

Además, las iglesias saludables están dirigidas por líderes piadosos y calificados que pastorean y sirven al rebaño confiado a su cuidado (1 Tim. 3:1-13; Tito 1:5-9; 1 Ped. 5:1-4). Este enfoque pactual fomenta un profundo sentido de pertenencia y responsabilidad mutua entre los miembros, lo cual es esencial para el crecimiento saludable.

4 Vida sacramental

Los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor son señales y sellos del pacto de gracia y son hechos efectivos por el Espíritu de Dios en la vida de su pueblo —fortaleciendo la fe y mostrando la obra redentora de Jesucristo—. Como señales, apuntan a la persona y obra de Cristo: el agua del bautismo apunta al lavado de nuestros pecados por la sangre de Cristo, el pan y el vino de la Cena del Señor apuntan al cuerpo y la sangre de Cristo para nuestra redención.

Pero también son sellos, sellando las promesas pactuales de Dios en Cristo (Rom. 4:11). Un compromiso con los sacramentos, entonces, se convierte en una característica central del crecimiento saludable de la iglesia.

5 Adoración

El crecimiento saludable de la iglesia también se caracteriza por una adoración que se lleva a cabo según las Escrituras. Esto se llama el Principio Regulador de la Adoración —que debemos adorar solo en las formas que Dios ha prescrito y dirigido en su Palabra—. Por lo tanto, no tenemos la libertad de adorar según las invenciones humanas (ver el ejemplo de Nadab y Abiú en Lev. 10), sino solo según la regla de la Palabra de Dios.

Hebreos nos instruye a que «adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro Dios es fuego consumidor» (Heb. 12:28-29). Si hay adoración agradable, entonces también hay adoración desagradable. Las iglesias saludables se caracterizan por una adoración que es agradable —con alabanza reverente, gozosa y que honra a Dios— y una adoración que honra el Día del Señor (el sabbat cristiano) como el elemento vinculante perpetuo del Cuarto Mandamiento. La congregación reunida en la adoración del Día del Señor es también la mayor expresión de nuestro propósito principal (o fin) en la vida: glorificar a Dios y gozar de Él para siempre (Catecismo Menor de Westminster, P. 1).

6 Oración

El crecimiento saludable de la iglesia se caracteriza por la dependencia de Dios a través de la oración individual y corporativa. Ya sea un elemento de la adoración congregacional o como parte del ministerio continuo de la iglesia (por ejemplo, reuniones de oración), las oraciones regulares de adoración, confesión, acción de gracias y súplica son utilizadas por Dios para hacer crecer y santificar a su pueblo.

Cuando oramos, reconocemos el gobierno soberano de Dios sobre nuestras vidas. Dios usa nuestras oraciones para cumplir sus propósitos, y uno de esos propósitos es reflejado por Jesús, cuando dijo: «Edificaré mi iglesia y las puertas de los dominios de la muerte no prevalecerán contra ella» (Mt. 16:18). Por lo tanto, las iglesias saludables crecen a través de este medio principal de dependencia de Dios.

7 Misión y evangelismo

Mientras que las iglesias saludables priorizan los medios ordinarios de gracia, también están comprometidas con la misión y el evangelismo. Este compromiso proviene de la creencia de que el evangelio es el poder de Dios para salvación (Rom. 1:16) y que la fe viene por el oír la Palabra (Rom. 10:17). El crecimiento saludable de la iglesia implica alcanzar a los perdidos y no congregados con las buenas nuevas de Jesús y confiar en que la Palabra de Dios no volverá vacía, sino que cumplirá el propósito para el cual fue enviada (Is. 55:10- 11).

Una visión de crecimiento saludable de la iglesia se caracteriza por un compromiso con los medios ordenados por Dios de su gracia soberana, medios por los cuales Él está trabajando para salvar y santificar a su pueblo. Que seamos un pueblo marcado por tal determinación de ser fieles a Él —plantando y regando el evangelio— y que Él proporcione el crecimiento según sus buenos propósitos.

Por Brian Cosby

El Dr. Brian Cosby es pastor principal de la Iglesia Presbiteriana Wayside (PCA) en Signal Mountain, Tennessee. Es profesor adjunto de teología histórica en el Seminario Teológico Reformado en Atlanta, Georgia, trabaja en revitalización de iglesias y coopera como redactor de contenidos para Ligonier Ministries. Es autor de más de una docena de libros, entre ellos Uncensored: Daring to Embrace the Entire Bible (Sin censura: Atreverse a abrazar la Biblia entera) y A Christian's Pocket Guide to Suffering (Una guía de bolsillo para cristianos sobre el sufrimiento).